Las hermanas llegan desde república Checa, el viaje se hace en barco, en condiciones humildes.

En 1947 llegan a Valparaíso, son hermanas jóvenes, no todas hablan español y no conocen sobre la cultura del país, sin embargo llevan el desafío de formar la primera comunidad y Junto a Dios llevar el Sueño de Antonia Lampel al pueblo Chileno. Desde el Puerto comienzan a expandirse y llegan a La Unión, Portezuelo, Talca y Santiago.

La principal actividad que desarrollaron fue educando en colegios y prestando servicio a nivel pastoral en escuelas como en parroquias.

Las hermanas no hablaban correctamente español, por lo que tuvieron que estudiar y aprender el idioma, como también las costumbres para lograr llegar a tantas personas en su apostolado.

De esta forma pasaron necesidad e inclemencias, sin embargo, tenían a Dios en su corazón lo que las impulsó a ser perseverantes en las dificultades, ya que siempre hubo personas de buena voluntad dispuestas a ayudar en momentos difíciles.

Primeras chilenas

Una vez presentes en colegios, son ejemplo para tantas jovencitas y es así que el Señor envía desde Chillán a las primeras jóvenes postulantes, ellas eran: Rosa Fuenzalida, la primera chilena, Cristina Villagrán, Teresa Fuentes y Sonia Lagos.

Todas ellas, luego de  hacer su proceso de noviciado, ofrecieron un Sí al Señor con sus votos perpétuos.

Actualmente las hermanas cuentan con 70 años de servicio a la comunidad y en la Quinta Región con dos colegios: Escuela Hugo Errázuriz y Colegio Santa Clara